Fernando Botero was born in Medellín, Colombia in 1932 and died in Monte Carlo, Monaco in 2023 at the age of 91. He was a Colombian visual artist: painter and sculptor with seven decades of artistic production.
He was known as one of the most renowned artists of the Americas, he was so outstanding in the history of art with his voluminous pieces that his work fostered the emergence of an artistic movement called “Boterismo”.
Fernando Botero’s work is the most expensive in Latin America, breaking the record with the sculpture “Horseman” auctioned for $4.3 million USD and with the painting “Adam and Eve” sold for $2.9 million USD.
At the age of 17 he participated in a collective exhibition in Medellín and at the age of 19, in 1951, he held his first solo exhibition in Bogotá. In 1952 he won a prize and with this, together with the sale of some of his works, he was able to pay for his studies in Madrid at the San Fernando Royal Academy of Art, not counting the drawings he sold outside the Prado Museum.
Botero’s artistic work is distinguished by corpulent and voluminous representations, sometimes of objects, sometimes of animals, sometimes of people; however, these voluminous representations have refined details, allowing for contrasts in the same work.
His aesthetics show influences from Mexican muralism and his narrative corresponds to Colombian daily life.
Fernando Botero called himself “the most Colombian of Colombian artists.”
Son of a seamstress mother and a horse-seller father. Upon the death of his father, his education was influenced by the opinions of his family, which led him to study the art of bullfighting, however, due to an incident with a fighting bull, Botero decided to abandon this profession to follow his vocation for painting.
He had three children with his first wife and in the seventies, he had the fourth, Pedro Botero, Pedrito, who died in an accident, deeply affecting Fernando Botero’s artistic creation.
Fernando Botero donated more than 120 works of art to the collections of museums in Colombia, in order to enrich the cultural heritage, as well as to allow access to the general public, since his macro-format sculptures can be seen in the city of Medellín, in Colombia. However, his pieces have been exhibited in avenues and parks throughout the world, as well as in museums and galleries.
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Fernando Botero nació en Medellín, Colombia en 1932 y murió en Montecarlo, Mónaco en 2023 de 91 años fue un artista plástico: pintor y escultor colombiano con siete décadas de producción artística.
Conocido como uno de los artistas más reconocidos del continente americano, fue tan sobresaliente para la historia del arte con sus piezas voluminosas propiciando con su obra el surgimiento de un movimiento artístico llamado el “Boterismo”.
La obra de Fernando Botero es la más cara de Iberoamérica rompiendo el récord con la escultura “Horseman” subastada en $4.3 USD millones de dólares y con la pintura “Adán y Eva” vendida en $2.9 USD millones de dólares.
A los 17 años participó en una exposición colectiva en Medellín y para los 19 años, en 1951, llevó a cabo su primera exposición individual en Bogotá. En 1952 ganó un premio y con éste más la venta de algunas de sus obras logró pagarse sus estudios en Madrid en la Real Academia de Arte San Fernando, sin contar los dibujos que vendía en las afueras del Museo del Prado.
La obra artística de Botero se distingue por representaciones corpulentas y voluminosas, ya de objetos, ya de animales, ya de personas; sin embargo, estas representaciones voluminosas cuentan con detalles refinados, permitiendo la contraposición en la misma obra.
Su estética muestra influencias del muralismo mexicano y su narrativa corresponde a la vida cotidiana colombiana.
Fernando Botero se nombró a sí mismo “el artista colombiano más colombiano de los artistas”.
Hijo de madre costurera y padre vendedor a caballo. A la muerte de su padre, su educación se vio influenciada por las opiniones de la familia, lo que lo llevó a estudiar el arte de la tauromaquia, sin embargo, a causa de un incidente con un Toro de Lidia, Botero decidió abandonar tal profesión para seguir su vocación por la pintura.
Tuvo tres hijos con su primera esposa y en la década de los setenta tuvo al cuarto, Pedro Botero, Pedrito, quien murió en un accidente afectando profundamente la creación artística de Fernando Botero.
Fernando Botero donó más de 120 obras artísticas a las colecciones de museos de Colombia, en aras de enriquecer el acervo cultural, así como permitir el acceso al público general, pues sus esculturas de macroformato pueden ser vistas en la ciudad de Medellín, en Colombia. Sin embargo, sus piezas han sido exhibidas en avenidas y parques por todo el mundo, así como museos y galerías.